Los récords del arte
¿Nunca te has preguntado cuál es la obra de arte más cara del mundo? Aunque el Arte es algo completamente subjetivo, lo cierto es que desde el momento que comenzó a comerciarse con él tiene un valor cuantificable.
Los parámetros que los expertos utilizan para determinar su valor de tasación son, por un lado, las características de la propia obra (técnica empleada, material, dimensiones, antigüedad, rareza, estado de conservación…).
Por otro lado, el tipo de mercado en que va a moverse (nivel de demanda y precios alcanzados por otras obras “comparables“).
Y, por último, el prestigio del artista, que será el factor más importante a la hora de determinar el precio estimado de cualquier pieza. La obra más cara del mercado a día de hoy, pertenece al pintor francés Paul Gauguin.
Fue adquirida por un comprador anónimo hace poco más de un año a través de la Autoridad de Museos de Qatar y pagó por ella 264 millones de euros.
“Nafea faa ipoipo“, Paul Gauguin
La pintura, conocida como “Nafé Faà ipoipo“ (1892) es un retrato al óleo que el artista postimpresionista hizo durante su primer viaje a Tahití. En ella aparecen representadas dos jóvenes polinesias, y cabe mencionar que el título, fijado por el propio autor, contiene algún que otro error gramatical, pues le falta el pronombre personal. Sin embargo, esta no es la única obra por la que se ha pagado una cantidad exorbitante. Le siguen, aunque distanciados por un amplio margen, “Los jugadores de cartas“ (1890-1894), de Cézanne y “Las mujeres de Argel“ (1955), de Picasso. La primera fue adquirida la familia real de Qatar por 200 millones de dólares (aproximadamente 191 millones de euros). La segunda pertenece a un coleccionista anónimo que pagó por ella 179.365.000 dólares (unos 160 millones euros).
“Los jugadores de cartas“ (arriba) y “Las mujeres de Argel“
En el Top 15 de la lista figuran nada menos que otras 4 pinturas del español Pablo Picasso, un Andy Warhol y otras obras de Gustav Klimt, Jackson Pollock o Edvard Munch; todas ellas realizadas entre los últimos años del siglo XIX y mediados del XX.
¿Alguien se anima a replantearse lo de pronunciar la famosa frase: “mamá, quiero ser artista“?